top of page
Buscar

La visión del hombre desde el cristianismo

Actualizado: 25 abr 2023

Trabajo desarrollado para el Bienio Propedéutico de Filosofía que estoy realizando en línea en la ULIA (Universidad Libre de las Américas).



1. Extrae de las ideas del texto qué significa ser hijo de Dios.


Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, siendo pues interlocutores y llevamos huellas de las características divinas, pero al mismo tiempo distintos por su perfección y omnipotencia. Ya desde la pregunta “¿Dónde estás, Adán?” (Génesis 3,9) se nota la preocupación de Dios por su obra máxima. Este primer hombre ha infringido una norma impuesta por Dios, al querer hacerse igual a Él. Y este pecado persistirá a lo largo de la historia humana, donde el hombre quiere constituirse con autonomía y hasta llega a declarar su muerte con Nietzsche y Sartre, y hasta con la descristianización de Europa.

A lo largo de la historia humana, Dios invita al hombre a compartir su divinidad. Dios continúa buscando a su obra y hace una primera alianza con Noé, el justo salvado de una destrucción por el pecado de los hombres, la renueva con Abraham, acompañada de una promesa y luego con Moisés la sella, pero como es una alianza asimétrica, exige el cumplimiento de unas normas en el Decálogo. Más adelante dirá “De Egipto llamé a mi hijo” (Oseas 11,1), frase que trascendió a Jesús con la huida a Egipto.


El amor de Dios engloba al amor paterno, que es más perfecto que el amor filial, al amor materno “como una madre consuela a su hijo” (Isaías 66,13) y al conyugal “la alegría que encuentra el marido con su esposa” (Isaías 61,10). Como Dios no es varón ni mujer, la atracción del hombre por la mujer es la búsqueda de la plenitud originaria necesaria para la fecundidad y para expresar el amor.

2. ¿Cómo podríamos describir los lazos que se generan como fruto de la Revelación de Dios?

El relato de la creación del hombre en plena amistad con Dios es plausible. Lo que sorprende es la caída y el alejamiento. Los pueblos primitivos hicieron un camino a tientas buscándolo, a veces por caminos torcidos (sacrificios humanos) pero que algo burdo tenían del Sacrificio que tendría que venir. El encuentro con Abraham, es Dios el que se acerca y se revela. Este fenómeno particular de Abraham entró en la historia, se escribió. Habrá habido muchos encuentros anteriores puesto que hace 200.000 años que el homínido sale de su estado con el soplo divino y con sed de conectarse con su Creador.

Con la inteligencia o la razón podemos inferir que existe un Dios, o que sea necesario para explicar las leyes matemáticas perfectas de la creación. Pero ellas no nos pueden describir cómo sería Él.


Los cultos primitivos no sabían muy bien con quien o quienes relacionarse y no tenían una moral. Tal es así que en el África subsahariana, animista, el SIDA se expandió con tanta rapidez al no haber frenos morales, y no así en el África al norte del Sahara, con un freno de la moral mahometana.

El relato de los portentos de la salida de su pueblo de entre los egipcios es difícilmente creíble. Pero algo habrá ocurrido para que consigan salir de la esclavitud. Desde luego que la esclavitud o la nobleza no tiene ningún fundamento racional, los hombres en ambas condiciones son de naturaleza racional, fue sólo un fenómeno convencional histórico que duró milenios. Tanto la esclavitud como la nobleza terminaron felizamente, salvo el caso de la esclavitud moderna como la trata de personas, los salarios injustos a los inmigrantes ilegales, el régimen talibán.


En el culto de Israel siempre hay promesas de futuro, “sacarás a mi pueblo de Egipto, les daré otra tierra, habrá un Mesías, habrá resurrección de los muertos, habrá una nueva Jerusalén”. Para hacer su obra necesita incluso del tiempo como herramienta pedagógica, teniendo en cuenta la naturaleza humana.

Este Dios personal dialogante, misericordioso, protector y amante (gloria a Dios en el cielo y a los hombres que Él ama) de los hombres se manifiesta por su Palabra. El concepto de persona se extiende luego al hombre, pues puede dialogar con su Creador. El hecho de reflejar algo de la divinidad le confiere dignidad y esto mismo hace que cada uno deba respetar a todo hombre. Pero la distancia es tan grande que se impone la adoración por parte de lo creado, “todo ser que alienta, alabe al Señor” (Salmo 150). Un logro notable en el AT es el monoteísmo que en el NT ya no se discute.

3. ¿Crees que estos referentes se han perdido a día de hoy?


Ciertamente el Dios que muestra el AT, en mi corta visión, es diferente al Jesús del NT. Expresiones como “mató a reyes poderosos para dar esa tierra a su pueblo, que sale con ellos en las batallas, que mientras Moisés elevaba los brazos Josué vencía en la batalla, que ejecutar la sentencia dictada es un honor para sus fieles”, no se condice con el Jesús venido con un proyecto de salvación por el perdón de los pecados, sometiéndose al juicio de un pueblo que pedía su muerte, a la traición de un amigo, a un tribunal injusto, al poder humano pusilánime. Pero debe haber una conexión para los estudiosos.


Al día de hoy, todas estas elucubraciones ni asoman a la preocupación de la gente. Sería como hablarles en chino.


El amor humano es un canje que se realiza en cualquier momento y con cualquier comprador. Los hijos concebidos irresponsablemente son desatendidos por sus padres. Los no deseados son abortados. El acto sexual en nada se asemeja a un sacramento, a la presencia de Dios entre los dos.


La desconfianza es tal entre los hombres, que ha tenido que engendrarse el derecho para velar por un orden mínimo, hacer justicia y buscar la paz entre los hombres. Se establecieron límites por todos lados con la amenaza del castigo, leyes, códigos, tribunales, multas, cárcel, destierro.


La ética será un aprendizaje del buen trato con el otro o con la sociedad. La moral ya será el convencimiento íntimo de cómo actuar aunque uno sea invencible o invisible.


Al no tener presente a Dios (al declarar su muerte en la sociedad), el vacío es tal que nos queda el caos, el suicidio, la droga, el alcohol, la desesperación, la entropía. Cuando el Hijo del Hombre vuelva, ¿encontrará fe sobre la tierra?.


Pero el Reino de Dios no es de este mundo. Evidentemente no vamos a un restablecimiento del orden primigenio, tampoco el Apocalípsis habla de un final feliz sino de un juicio. El Reino sólo se realiza en cada uno que decide aceptarlo y gozarlo ya en esta vida.


Con la inteligencia o la razón podemos inferir que existe un Dios, o que sea necesario para explicar las leyes matemáticas perfectas de la creación. Pero ellas no nos pueden describir cómo sería Él.

87 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page