Trabajo desarrollado para el Bienio Propedéutico de Filosofía que estoy realizando en línea en la ULIA (Universidad Libre de las Américas).
1. Resume los elementos comunes a todas las religiones y los rasgos diferenciales con el cristianismo.
El hombre buscó desde siempre naturalmente a Dios. Siempre la religión tuvo algunas creencias, algunas normas de conducta y un ritual.
EL CRISTIANISMO (de mi libro “Mis apuntes de la historia de la humanidad”).
La obra expiatoria con la que los hombres quieren expiar a la divinidad y aplacarla ocupa el centro de la historia de las religiones. La muerte de Cristo, que históricamente era un acontecimiento completamente profano (la condena de un criminal político) fue en realidad la única liturgia de la historia humana. Platón dice en "Politeia" ("La República"): el justo en esas circunstancias será atormentado, flagelado, encadenado y que después de esto lo crucificarán.
LA FE CRISTIANA
Una tarea primordial de la fe cristiana es la teología, discurso comprensible, racional, inteligible de Dios. La fe procede de la “audición”, no de la reflexión, como la Filosofía. A muy pocos se manifiesta lo divino con evidencia, otros muchos son sólo receptores.
En la filosofía griega se da una estupenda confirmación de la fe y la filosofía, entre Platón y Moisés. Hasta se piensa que hubo algún contacto entre lo escrito por Moisés y Platón. De esta forma el núcleo de la filosofía griega había que relacionarlo con la revelación: tal intuición no podía nacer de las fuerzas del espíritu humano. Joseph Ratzinger, "Introducción al Cristianismo".
La fe que no sea manifestada en amor, no es verdadera fe. El que se entrega al servicio de los demás, el que pierde su egoísmo, y se vacía a sí mismo es el verdadero hombre, el hombre del futuro, la unión del hombre y Dios. Se cruza el puente de lo animal a lo lógico, cuando una esencia formada de barro y tierra se supera a sí mismo y a su mundo criminal (político) y habla al tú de Dios.
La santidad no es sino la caridad plenamente vivida. Las Bienaventuranzas describen la santidad. Y también el Gran Protocolo descrito en Mateo 25, 31-46, -“tuve hambre y me disteis de comer”. (Francisco, "Gaudete et exultate")- con el que seremos juzgados.
El cristiano tiene la responsabilidad de construir el Reino de Dios en el mundo. Ser hombre es una relación con Dios, hablar con Él, escucharlo. La orientación que impregna toda nuestra conciencia. La presencia de Dios en todo nuestro pensar, meditar y ser, a esto llamamos oración continua. Los hombres, por nosotros mismos, no sabemos pedir lo que nos conviene, estamos muy distantes de Dios y Él es demasiado grande y misterioso para nosotros. Normalmente primero pensamos y luego hablamos. En los Salmos ocurre lo contrario, viene primero la palabra, la voz nos precede y nuestro espíritu tiene que adaptarse a ella.
Existe cierta similitud entre el hombre expulsado del paraíso, por tanto de la presencia de Dios y la exclamación de Cristo en la cruz: “Padre, ¿porqué me has abandonado?”. Cristo toma el lugar del hombre en ese alejamiento tenebroso de la presencia de Dios. El adversario (demonio) es absolutamente superior a toda fuerza humana (Efesios 6, 12) y posee una talla que se hace enemigo de Dios mismo y obliga a Dios a intervenir por sí mismo. Benedicto XVI, "Jesús de Nazareth".
En la visión cristiana, la historia es el lugar donde podemos constatar la acción de Dios en favor de la humanidad. En la Encarnación del Hijo del Hombre, el Eterno entra en el tiempo y toma el rostro humano y da sentido a la existencia. ¿Dónde podría el hombre buscar la respuesta al dolor, al sufrimiento de los inocentes, sino en la luz que brota del misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo? Al elevar el cáliz de salvación, están incorporados los sufrimientos de todos los hombres, creyentes y no creyentes (pues no habría otra forma de obtener la redención). Hans-Urs von Balthasar, "La théologie de l’histoire".
Dios ha elegido para revelar el misterio de su designio de salvación, en lo que es escándalo y locura para la razón humana. La relación entre fe y filosofía encuentra en la predicación de Cristo crucificado y resucitado el escollo contra el cual el hombre puede naufragar, pero por encima del cual puede desembocar en el océano sin límites de la verdad.
Algunas verdades de la Revelación: un Dios personal, libre y creador, la persona como ser espiritual dotada de dignidad y libertad, el hombre inclinado al mal y al pecado, la vocación sobrenatural del hombre. La conciencia, acto de inteligencia de la persona, que debe aplicar el conocimiento universal del bien a una determinada situación y expresar así un juicio sobre la conducta recta que hay que elegir aquí y ahora.
El mensaje de salvación de Jesucristo lleva consigo la necesidad de la conversión personal, su manifestación en obras concretas que forzosamente redundan en la transformación de la sociedad, de sus estructuras y de sus leyes.
La duda será siempre la más seria tentación para el creyente. Así como para el no creyente, quedará siempre la pregunta de si la fe no es lo real. Es ley fundamental del destino humano encontrar lo decisivo de su existencia en la perpetua rivalidad entre la duda y la fe. Juan Pablo II, "Fides et ratio".
2. Lee los distintos textos presentados (seleccionados de los distintos libros “sagrados”) y comenta las semejanzas y diferencias entre las distintas religiones a las que hacen referencia.
3. Manifestaciones actuales de religiosidad sin Dios.
Hoy existen creencias sin credo y ritos sin culto. El laicismo ha impregnado la sociedad por la fuerza de la ley. Se retiran crucifijos de las aulas, en Inglaterra se prohíbe hacer gestos religiosos en las calles (no lo sé para los musulmanes, que van tomando el liderazgos de varias ciudades), en los Estados Unidos se retiraron los cánticos de agradecimiento a Dios al inicio de las clases, las constituciones nacionales son estrictamente laicas, los derechos humanos no hacen referencia a la trascendencia ni a Dios. Se predica el nihilismo (Nietzsche, Sartre), Europa reniega de sus raíces cristianas y se despersonaliza. La posmodernidad impone una cultura light donde no existen valores universales. Hay combate entre el neoliberalismo y el socialismo, ambos destruyen a la sociedad. Aparecen los fundamentalistas, antes era la Inquisición, ahora los islámicos de Irán, Afganistán, Arabia, Turquía, los chinos. El absolutismo relativista, la cultura puede modificarse según las necesidades del momento histórico. En resumen, nos dirigimos al desorden total, al caos, a la entropía.
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